jueves, 29 de octubre de 2009

“Descubrimiento de América y encuentro de culturas”

Vamos a pensar la problemática del “encuentro de culturas” en relación con nuestra América y teniendo en cuenta principalmente la noción de “Descubrimiento” desde el punto de vista del acto comunicativo y la problemática del “casticismo” como ideología propia de ciertas políticas de lenguaje.
Con la expresión “nuestra América” nos referiremos, en este caso, al conjunto integrado por países del Norte, Centro y Sud-América, así como del Caribe, que tienen como lengua de comunicación principal el idioma castellano. Es decir, entenderemos “nuestra América” como sinónimo de “Hispanoamérica”.
Pues bien, la idea de esa América ha alcanzado una determinación conceptual justamente en relación con el problema del lenguaje, a tal extremo que se ha llegado, en algunos casos, a entender la lengua de Castilla como el eje de toda definición posible.
José Enrique Rodó, uno de los más destacados intelectuales que lucharon en favor de esta línea definicional, nos dice que “no son las lenguas humanas ánforas vacías, donde pueda colocarse indistintamente cualquier sustancia espiritual”. Y así el castellano, en nuestro caso, tendría una especie de fuerza conformadora de contenidos a inclusive tendría capacidad Como para excluir aquellos que no le fueran compatibles. De ese poder conformador surgen, según pensaba Rodó, nada menos quo nuestro ser como pueblos diferentes de otros pueblos. Y si algunas ideas tenían lugar dentro de aquella “ánfora” no cabe duda que una de ellas era la de “nuestra América”, frente a otra en la que una lengua distinta, con otro poder conformador, generaba una cultura diferente.
Ahora bien, esa relación, para muchos esencial, entre la lengua de Castilla y nuestro ser como pueblos, no es invención reciente. Diríamos que ella constituye, tal vez, una de las vías definicionales más antiguas, a tal extremo de que se encuentra ya implícita en el acto mismo del “Descubrimiento” de estas tierras por los navegantes colombinos.
En ese momento ya estaba planteada la diferencia entre lo propio y lo extraño, entre lo castizo y lo de ignorado origen, entre las gentes que podían referirse a su propia estirpe y los que parecían no tenerla y, en caso de que así lo fuera, no con la pureza de una sangre reconocida y de una lengua pulida. Y así, pues, el casticismo se nos presenta como una de las ideologías más viejas dentro de nuestra nutrida historia de ideologías y es, además, una de las que contiene, desde los inicios, una respuesta a la cuestión del “ser” de esa realidad que acabaría llamándose “América Española” o “Hispanoamérica”, como también a la cuestión de lo que se entendió que era su cultura. Lógicamente que la consideración de esa ideología arroja, particularmente, una interesante luz sobre el tema relativo al “encuentro de culturas”.
Pero antes de ocuparnos del casticismo, añeja cuestión que nos viene transmitida de generación en generación desde la llegada a estas tierras de los primeros descubridores y conquistadores hispánicos, veamos la cuestión del denominado “Descubrimiento de América” en relación con el llamado “encuentro de culturas”.
La nutrida polémica que aquella cuestión ha levantado y no desde ahora, ha surgido, en buena medida, de la ambigüedad del discurso, la que no es además casual sino que deriva de posiciones no siempre suficientemente explícitas. Por otra parte, hay una serie de lugares comunes establecidos con verdades que integran al mundo cotidiano de valoraciones, fruto de políticas culturales impuestas a través de la escuela pública, y de otros organismos educativos, que ha sembrado en las mentes más de un absurdo. Lógicamente que este hecho no ha sido uniforme ni en el tiempo, ni en todas las naciones de habla castellana, en función de factores diversos que no es del caso enumerar aquí. De todas maneras, pocos discursos han alcanzado en ciertos momentos y aun dentro de algunas tradiciones, la carga ideológica que ha mostrado ésta del “Descubrimiento”. Pensemos, por ejemplo, en lo que fue la “celebración” del Cuarto Centenario, en 1892 y lo que ha sido y es dentro de ciertas academias, la historiografía hispanista. En nuestros días nuevas voces, despertadas luego de un largo silencio de siglos han venido, entre otros factores, a cuestionar fuertemente aquellos lugares comunes.
Este cambio se ha puesto de manifiesto en un hecho que no se había presentado antes y que se caracteriza por las dudas, los rechazos y la cautela con las que los diversos estado han decidido participar del próximo Centenario. Por de pronto nadie habla de “celebrar” ni de “festejar”, que esa fue la tónica de las conmemoraciones realizadas en 1892. No se queda, sin embargo, todo en eso en cuanto que lo que se ha venido planteando desde hace ya tiempo es si verdaderamente cabe hablar de un “descubrimiento”. Al respecto basta con recordar los escritos de O'Gorman y su teoría de la “invención” de América. Por cierto que es trivial afirmar, después de las razones del escritor mexicano, que no puede decirse que América fuera “descubierta” en aquel 12 de octubre de 1492. A esa crítica se han agregado todavía otra más fuertes. En efecto, aceptado que a la larga se haya dado un “descubrimiento” ¿lo fue realmente? ¿No se produjo, como ha dicho Leopoldo Zea, a la vez un “encubrimiento”, por lo mismo que se trató de un fenómeno de colonización que vino a postergar definitivamente el crecimiento social y espiritual de grandes culturas, o simplemente a destruirlas? En función de esa misma idea del “encubrimiento” se ha rechazado la propuesta de hablar de un “encuentro de culturas”, por lo mismo que se puede probar la profundidad del “desencuentro”, tan brutal como lo fue para todas las poblaciones del globo colonizadas por la Europa de la época. Así, ni “encuentro de dos mundos”, ni “encuentro de dos culturas” resultan ser expresiones aceptables, en particular si se tiene presente la desigualdad de relación entre los pretendidos “mundos” y “culturas”, sometidos a lo contrario de lo que se quiere significar, a saber, la “aculturación”, fenómeno que en sus formas extremas llegó a los límites de “muerte cultural” y, en tal sentido, de etnocidio.
Por otra parte, si las antiguas poblaciones americanas y las que se formaron por obra del mestizaje se beneficiaron del nivel tecnológico alcanzado por la Europa de la época, fácil es comprender que tal beneficio tenía, sobre todo para las primeras, su costo y bien elevado ciertamente. En efecto, en ningún momento la relación dejó de ser de explotación y de ganancia y el trato funcionó permanentemente dentro del sistema de relaciones establecidas entre una metrópoli y sus colonias. Ante este hecho, por cierto que no cuadra una “celebración”, con lo que ciertamente no pretendemos ignorar ni *despreciar aquellos aspectos culturales de origen hispánico que integran nuestra propia cultura. Renunciar a ellos o añorar mundos perdidos sería absurdo. Sin perjuicio de regresar a lo que acabamos de decir y a efectos de comprender de un modo más matizado tan compleja situación, es importante tener en cuenta que no todas las poblaciones que vivieron la colonización posterior a la conquista, fueron objeto de los mismos niveles de explotación y que no todas sufrieron las formas de aculturación y hasta de exterminio que padecieron otras. Entre los metropolitanos (los europeos españoles) y los colonizados (los indígenas), estaban los colonos (los españoles americanos), que si bien integraron la población colonial en general, no estuvieron al margen de los beneficios, aun cuando entre ellos hubo estamentos y desigualdades y acabaran en bloque repudiando su situación de dependencia. Fue la población propiamente americana, la indígena y, junto con ella, la negra arrancada del Africa, la verdadera base económica productiva y el sector que sufrió la máxima violencia en todo sentido. Por cierto que si nos dirigimos a los cuarenta millones de indígenas americanos que constituyen en nuestros días parte significativa de nuestra población especialmente en los países hispanoamericanos de fuerte base indígena, no van ellos a proponernos una “celebración” de la explotación y muerte de sus antepasados, ni la marginación y destrucción de sus culturas, ni menos aun caer en el absurdo lugar común de hablar de “madre patria”, y todavía menos de un “día de la raza”.
Por otra parte se ha intentado justificar todo ese mundo colonial recurriendo a un complejo de valores. Uno de ellos, el religioso que habría permitido a una humanidad “pagana”, ingresar en el mundo de un determinado tipo de “salvación” y, junto con esto, el de un lenguaje noble de por sí y del que luego hablaremos en particular. Pues bien, nada de eso tiene valor por sí mismo y cualesquiera que hubiera sido el conquistador habría recurrido a los mismos esquemas justificatorios puestos en marcha por la España de la época y sus beneficiarios en la Península y en Hispanoamérica. Si España fue, por ejemplo, el “escudo de la catolicidad”, pues, la Alemania de Lutero fue “escudo” de otros valores igualmente defendibles y así sucesivamente. Todos hablaban directamente con la divinidad y tenían su bendición como pueblos portadores de una cultura avanzada y en tal sentido potencialmente “civilizatoria”. Y cada uno de esos pueblos hablaba, además, el más hermoso lenguaje del mundo.
Ahora bien, lo cierto es que desde hace cinco siglos un conjunto de sociedades humanas, con todas las miserias que puedan señalarse, comenzamos, para bien o para mal, a vivir una historia compartida, aun cuando no siempre hayamos tenido el mismo lugar en ella. Es cierto, asimismo que esa historia la hemos ido haciendo en buena medida con herramientas culturales comunes con las que nos identificamos y nos interrelacionamos de modo directo y, cómo no decirlo, también de modo fraterno. Pues bien, frente a todo lo que venimos afirmando diremos dos cosas que nos parecen de fundamentalísima importancia y que nos permiten sentarnos ante una mesa no a “conmemorar”, ni menos aun a “celebrar” un pasado que únicamente merece ser estudiado para enriquecer nuestra memoria histórica crítica. Una de ellas es la que los bienes culturales no valen por sí mismos, sino que son profunda y radicalmente históricos y la otra, que esos valores culturales valdrán humanamente en la medida en que los sepamos hacer valer por haberlos asumido desde nosotros mismos corno sujetos de nuestra propia historia y con un espíritu liberador. No vamos, pues, a caer en el absurdo de una justificación post- factum, sino que lo que ha de hacerse es asumir cada vez de nuevo la historia desde ese quehacer ineludible que es el de la reapropiación constante de los “legados” sin caer en su hipóstasis. Y en esa tares de más vida, nos vamos a encontrar hermanados genuinamente con todos aquellos otros pueblos que se identifican, como nosotros, mediante herencias culturales comunes y, entre ellos, con todos los pueblos de España, esos mismos que hoy en día han comenzado a hacer precisamente su historia, rompiendo con formas de un colonialismo que ellos, a su modo, también padecieron.
Pues bien, a más de lo que acabamos de afirmar, nuestra posición frente al tan debatido asunto no nos lleva al extremo de negamos a hablar de un “Descubrimiento”, pero siempre y cuando entendamos que no se trata de un hecho puntual, sino progresivo, en primer lugar y luego, que la relación que hay entre el “Descubrimiento” y la “Conquista” no es de tipo externo, sino que se trata de un mismo fenómeno. Así, pues, la Conquista no fue la “etapa” siguiente a los “viajes de descubrimiento”, sino que esos viajes fueron, a la vez y necesariamente de “descubrimiento y conquista”, a tal extremo de que si no hubiera habido un acto conquistador, no se habría, dado el tal “Descubrimiento”.
En efecto, lo que no se ha subrayado suficientemente, es que sin la Conquista, el hecho hubiera quedado como un “descubrimiento” más, como habría sido el que habrían realizado naves fenicias en alguna etapa de la Antigüedad, o como fue, siglos más tarde, el de los normandos. ¿Quién duda de que todos esos osados navegantes no dieron con algo que para ellos era “nuevo” o “distinto”? Fueron, pues, en ese sentido “descubrimientos”. De todos modos no fueron “el Descubrimiento”, simplemente porque no se trató de lo que podríamos considerar en alguna medida, como un hecho “vacío” --valga la expresión-- por no estar acompañado de un acto de conquista. Por el contrario, el “Descubrimiento” de América por los españoles alcanzó sentido de un acto de posesión y de imposición y construcción de formas culturales, del mismo modo que muchos siglos antes, el “Descubrimiento” de las tierras americanas por desconocidas poblaciones asiáticas, generó las grandes culturas que los europeos encontraron en América, unas extinguidas, otras en plena vida, como fueron las de los mayas, los aztecas y los quichuas.
Pues bien, dentro de la memoria histórica europea ha sido tendencia común la de glorificar ese “descubrimiento” mediante diversas tretas ideológicas y una de ellas a la que se ha recurrido ha sido la de separarlo del acto de conquista, momento, diríamos, de un ejercicio puro de la fuerza y de la astucia. De este modo, el “Descubrimiento”, aliviado de la violencia con la que estuvo radicalmente consustanciado, quedaba reducido a una especie de acto contemplativo. Colón y sus gentes, gracias a su audacia, llegaron, vieron y admiraron mares, tierras, selvas, gentes, en una especie de estado de desprendimiento que no explica por qué, desde un primer momento se intentó averiguar, por cualquier medio posible, donde estaba el oro y se abusó sexualmente de las mujeres indígenas sin reparos de ninguna clase. Admiración y conquista serían, pues, dos actos separados. La acción vendría después del acto gratuito y generoso del asombro y para aquella ya se buscaría la justificación, que no sería nada difícil encontrarla, pues, venía preparada. En cuanto al acto de “descubrir” no hacía falta justificación alguna.
Pero sucede que al no poder ser escindido el momento de la Conquista, del momento del “Descubrimiento”, este es a la vez contemplación y acción, y posiblemente más lo segundo que lo primero, y tanto el uno como el otro necesitan ser justificados. El hecho fue complejo desde un primer momento y no se ensució moralmente después por culpa de algunos hombres perversos. Y la justificación ya estaba construida, tal como dijimos. Las naves salieron de Puerto de Palos, con un mundo ideológico a cuestas, fruto de una elaboración muy antigua, de la que si queremos encontrar antecedentes, deberíamos ir a buscarlos en la época de organización y expansión de la ecumene grecorromana.
Esa justificación venía ya dada como una especie de a priori de la conducta de los descubridores‑colonizadores. Se relaciona con aquella historia mundial que tenía un sujeto que la venía construyendo, colocado como centro de la misma y con su mundo de razones debidamente asegurado. Y por cierto que no se trataba de justificaciones históricas, humanas, sino trascendentes. Nunca esa historia mundial dejó de tener un apoyo teológico, ni siquiera en el intento aparentemente secularizador de un Hegel. Tenía además esa historia señalado el sentido de su marcha, un derrotero desde el Oriente hacia el Occidente, así establecido por una sabia providencia y sobre todo en beneficio de ese sujeto que estaba colocado como centro de ella.
De esto que decimos surge aquella especificidad del acto de conquista que acompañó al “Descubrimiento” que los europeos hicieron de América y que lo constituyó en un acto propiamente tal. En efecto, se dio acompañado de un continuo mensaje, de un discurso que tenía como emisor al “descubridor‑conquistador” y por receptor, aquella cultura organizada sobre su propia autoimagen mundial. Los “descubrimientos” que hicieron los antepasados de los aztecas, los mayas o los quichuas no estuvieron acompañados del acto de mensaje que se inicia con las célebres cartas de Cristóbal Colón. Y así podríamos decir que se produjo un hecho de “descubrimiento” llevado adelante por un sujeto histórico que había alcanzado un desarrollado nivel de autoconciencia precisamente por el hecho mismo de aquel “descubrimiento”. Unos siglos más tarde Hegel dará la fórmula histórica a este largo proceso del mundo mediante su conocida figure del “Amo y el Esclavo”, como momento de afirmación de autoconciencia por paste de dominadores y dominados, cada uno en su papel histórico.
Y este es uno de los motivos por el cual no podemos hablar de “encuentro de culturas”, pues, por más que se haya hablado de que los europeos traían un “mensaje de salvación”, como si las poblaciones americanas hubieran sido un sujeto receptor, de hecho, el único receptor del mensaje, estaba en Europa. Y ese mensaje fue el que hizo del acto de “descubrimiento‑conquista”, un acto cabal, pues, se trataba de una relación entre un emisor y un receptor puestos en pie de igualdad y que hablaban un mismo lenguaje: el de la dominación del mundo. Mensaje, pues, intracultural y no de una cultura a otra distinta, cuyas poblaciones estarían en condiciones, a su vez, de recibirlo, cuando fueran debidamente aculturalizadas, es decir, transformadas, en contra de su voluntad, en sujetos receptores.
Pues bien, si la doctrina del “Descubrimiento” implica un encuentro de una cultura consigo misma, es doctrina del lenguaje castizo es, sin más, la del “desencuentro de culturas”. Nos ocuparemos, pues, siquiera brevemente, del casticismo, una de las ideologías que tuvieron su origen en el “Descubrimiento‑conquista” y que se ha prolongado más allá de aquellos tiempos, a tal punto de que fue realimentada en la etapa republicana, llegando en algunos casos hasta nuestros días. El casticismo que tiene su raíz en el mantenimiento de pretendidos valores esenciales del lenguaje hablado por el primitivo conquistador ibérico, tiene que ver con el problema de una lengua utilizada como herramienta de dominación por paste de los primeros europeos que llegaron a estas tierras, luego, heredada como marca de superioridad por los administradores coloniales y, junto con ellos, por los integrantes de la clase terrateniente criolla, en pugna contra aquellos administradores, pero también con la masa de población campesina y la plebe de las ciudades, de origen indígena o hispanoindígena. Y otro tanto, si bien con aspectos que le son específicos, deberemos decir de la población de origen africano que integró la densa población esclava. Primero fue ideología de peninsulares y luego lo fue de gamonales los que la prolongaron y extendieron hasta el presente siglo. Una ideología que con sus altibajos ha durado cinco siglos y que en nuestra época ha entrado en un proceso de agotamiento.
Es importante dejar aclarado que ningún lenguaje es de por sí dominador o dominado, sino que esta situación le deriva de factores extralingüísticos y su estudio corresponde, por eso mismo, a una sociolingüística, más que a una lingüística. Conocido es el pasaje aquel de La Tempestad de Shakespeare en el que Calibán, el “salvaje” colonizado por el europeo, amenaza a su amo con la propia lengua que éste le ha enseñado, revirtiendo de este modo los valores. Los dominados han llevado a cabo de muy diversas maneras, formas de reversión del lenguaje, es decir, han puesto en juego como contraideología sus propias políticas de lenguaje.
Se trata, pues, no tanto de estudiar el desarrollo histórico del castellano en América, como el de las políticas de lenguaje movilizadas. El casticismo, que tiene sus raíces en la Conquista tal como lo hemos dicho, alcanzó un particular momento de consolidación en el siglo XIX, especialmente en su segunda mitad y se mantuvo con fuerza durante las primeras décadas del actual. La doctrina del “ánfora” de la que hablara José Enrique Rodó, fue utilizada para justificar lo que era la verdadera y única cultura, ya fuera para fundar el desprecio por la población indígena americana tal como se dio crudamente en los países andinos, y ya para rechazar al proletariado surgido de la inmigración europea en el Río de la Plata. Siempre, en un caso y otro, el discurso se organizó sobre las antiguas categorías de “civilización” y “barbarie”, usadas en un sentido próximo al clásico, en cuanto que la categoría de “barbarie” era señalada a propósito del lenguaje, aun cuando esto no fuera más que otro modo de designar conflictos de clase, con lo que las políticas de lenguaje adquieren su verdadero significado.
Si tuviéramos que definir al casticismo en su aspecto cultural deberemos decir que fue la permanente ideología del “desencuentro de culturas” en cuanto que su discurso se organizó sobre los principios de lo superior y de lo inferior, puestos en juego a propósito de un lenguaje cuyo valor “esencial” ya había sido así establecido por los conquistadores. Tal ha sido la historia de las políticas de lenguaje de las clases‑dominantes, en su relación con las dominadas, que únicamente adquirieron un cierto valor positivo cuando esos mismos dominadores, poseedores de la “lengua más pulida del mundo” y con la que deberíamos “hablar con Dios”, como decía Juan Montalvo, se descubrieron dominados. Momento en el que Rodó intentó revertir el uso de la doctrina del “ánfora”, utilizándola no ya para justificar formas de opresión ‑-aun cuando la opresión lingüística ejercida entre nosotros y en particular con la población campesina indígena no fuera ni denunciada ni discutida--­ sino para enfrentar, armado de nuestros valores “esenciales”, la opresión del nuevo imperio heredero de un poder mundial que España había perdido definitivamente en el siglo XIX. Y aun en este caso, el rodoniano, seguía vigente la categoría del “desencuentro de culturas”.
Se ha dicho y con justa razón que el llamado “Descubrimiento” es un hecho que más vale mirarlo hacia adentro y hacia adelante. Hacia nosotros mismos en cuánto que es indispensable tarea y siempre urgente descubrirnos en lo que somos, a tal extremo que el “Descubrimiento” comenzó con los primeros intentos de comprensión de nuestra propia identidad. Nos animaríamos a enunciar la curiosa paradoja de que Cristóbal Colón no nos descubrió, pero que abrió con su acto fallido, la lenta, permanente y a veces dolorosa tarea de nuestro descubrimiento. Lógicamente que lo primero que se ha de plantear en este sentido es como hemos construido hasta ahora nuestra propia identidad y si ella no ha estado afectada, del mismo modo, por desencuentros graves, principalmente en relación con etnias y clases sociales, resueltos mediante la violencia de unas formas culturales sobre otras. La cuestión de la identidad, nuestro descubrimiento es, pues, también un intento de diálogo intracultural.
Y mirando hacia adelante en cuanto a la posibilidad de establecer un diálogo intercultural entre americanos y europeos, dejando de lado todos los mitos de la antigua España imperial, vivos casi hasta nuestros días, como asimismo la vocación misionera, “civilizatoria”, de la Europa colonialista a la que no fue ajena la propia España. Mirar hacia adelante significa, además, partir desde nosotros mismos, desde nuestra diversidad y de nuestras formas culturales asumidas en el mejor sentido dialéctico del término a efectos de alcanzar el establecimiento real de sujetos de diálogo que cumplan con los requisitos que justamente fundan la posibilidad misma del diálogo.
Una vez más diremos que para todo esto será necesario tomar plena conciencia acerca de que todo legado cultural y con él todo lenguaje, adquiere valor no de sí mismo, sino de la actitud que adoptemos frente a él y con él. Todas las ideologías de dominación y todas las prácticas que son justificadas mediante ellas, se apoyan en una tendencia permanente hacia la deshistorización del legado cultural. Para que aquel diálogo sea posible, en los términos en que entendemos que podrá ser considerado válidamente como tal, habrá que enfrentar a las hipóstasis y reconocer el papel condicionado, pero también condicionante del ser humano, pues, si las circunstancias nos hacen, nosotros también hacemos a las circunstancias.

lunes, 5 de octubre de 2009

Identidad y mexicanidad, herencia o diseño pos revolucionario.

Xalapa, Veracruz.- En el contexto histórico del México pos revolucionario nace un estado benefactor a partir de 1921 con José Vasconcelos a la cabeza de la recién fundada Secretaría de Educación Pública; el propósito fue dar a los mexicanos una identidad nacionalista y orgullo de pertenencia realizando las titánicas tareas, entre las que destacaron: las misiones culturales con maestros rurales quienes se desempeñaron como modernos misioneros, se estableció una campaña nacional de alfabetización, se crearon departamentos de bellas artes, bibliotecas, la educación media se dividió en secundaria y bachillerato, se fundaron las escuelas nocturnas para trabajadores, se crearon dos mil bibliotecas, se imprimieron masivamente clásicos de la literatura universal, se creó el Departamento de Antropología que posteriormente sería el INAH, el Castillo de Chapultepec se convirtió en el Museo Nacional de Historia, nació el Instituto Politécnico Nacional.El grupo en el poder de aquella época debía interpretar y valorarse a sí mismo de una manera hegemónica a nivel nacional, creando y posicionando una identidad colectiva que incluyera el perfil de los dos sectores de la sociedad criolla, por un lado que representara lo mejor del mexicano campirano y por el otro lo mejor del ibérico, es así como surge el estereotipo del charro y la china poblana, los cuales fueron perfectamente aceptados a través de los personajes interpretados por Pedro Infante y María Félix durante la Epoca de Oro del Cine Mexicano. Esta estrategia se incorporó de igual manera en cada una Entidades libres de los Estados Unidos Mexicanos como el caso de los jarochos para Veracruz o la Guelaguetza para Oaxaca. Hacia los años cuarenta y sesenta del siglo pasado, cundo el país gozó de estabilidad y crecimiento económico, el estado se hizo cargo del fomento cultural valiéndose de todos los espacios público posibles como: sindicatos, comunidades agrarias, instalaciones del IMSS, se construyeron centros sociales, las casas del pueblo, centros de cultura para empleados, obreros y el sector popular. El objetivo era llevar la cultura hasta el último rincón de la geografía nacional a como diera lugar. Durante el mismo periodo nacieron los ballets folclóricos, se expresa y exalta el trabajo textil de la mujer indígena en las escuelas de costura, los temas musicales hicieron referencia notable al "nuevo mexicano". Se aprobó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, se crearon espacios que alojarían a museos como el de Arte Moderno, de Historia Natural, de Antropología, entre otros. Por otro lado, un grupo de artistas de ideales izquierdistas, algunos vinculados con el Partido Comunista Mexicano, como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco, fundaron la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, quienes a pesar de sus diferencias con el gobierno, desempeñaron una extraordinaria labor en este importante proceso histórico mexicano. Los temas expresados en su obra plástica eran relacionados con el indigenismo, la lucha social y la fuerte crítica a la Iglesia católica. Pese a las disputas políticas e ideológicas surge algo extraordinario, México trasciende en el arte universal gracias al Movimiento Muralista. Esto nos permite ver que el desarrollo económico del siglo XX, las bellas artes se desempeñaron como eje fundamental en la construcción del proyecto de nación, gracias a la visión de José Vasconcelos; de no haber sido así seguramente hubiéramos tenido una rumbo diferente y la Revolución mexicana simplemente pasaría a la historia como el Movimiento Armado de 1910 o una Guerra Civil.MEXICO NEOLIBERALActualmente el presupuesto gubernamental está deteriorado y fragmentado porque la demanda poblacional rebasa la capacidad del mismo estado para satisfacer necesidades sociales como empleo, salud, seguridad, educación y qué decir del arte y la cultura.Es cierto que se vive una transformación mundial en el panorama económico, pero en gran medida es una campaña sensacionalista provocada por algunos "líderes" u operadores que especulan a un grado masivo y colectivo; los mexicanos no bajamos la guardia ante la adversidad, históricamente nos hemos mantenido en pie de lucha, nuestra raza es ceremoniosa, mágica, mística, respetuosa de lo divino, de lo sagrado y, por ende, somos festivos y rituales. Pase lo que pase, continuaremos festejando a los fieles difuntos, nuestra virgen morena, las fiestas patrias, las fiestas patronales, el día de las madres, las posadas, la Navidad, seguiremos comiendo tortillas, nuestro pueblo, sólo se acopla a una etapa de cambios permanentes y a un nuevo modelo económico.

El arte está más vivo que nunca y como siempre, los procesos creativos se encuentran ante nuevas circunstancias, nuevas atmósferas y propuestas conceptuales. La producción artística, al igual que la ciencia y el comercio, se ha tecnificado, se vale de nuevas herramientas como la internet, medios de comunicación, mecanismos y disciplinas especializados, mercadotecnia para mejorar la promoción y la gestión cultural. Vale la pena mencionar que durante el caos financiero argentino del año 2001, las galerías de ese país incrementaron sus ventas, debido a que los corredores de arte se vieron muy atraídos por el comportamiento cambiario que les permitió realizar cuantiosas inversiones, beneficiándose ambas partes del mercado, algo sui generis en el mercado artístico contemporáneo.Por otro lado las instituciones culturales independientes han evolucionado y subsisten gracias al buen funcionamiento como organización para la procuración de fondos, donaciones y patrocinios nacionales e internacionales, promovidos a través de fundaciones, asociaciones civiles, iniciativa privada, organizaciones no gubernamentales, patronatos, el estado sólo es parte y no lo es todo. Gracias a la organización colectiva a partir de la sociedad civil organizada y responsabilizada en el desarrollo y cuidado de sus pueblos encabezados por personas comprometidas y libres de compromisos institucionales, como el caso del maestro Francisco Toledo, quien no sólo es un referente de la plástica contemporánea a nivel internacional, un consagrado artista plástico y filántropo por sus generosas donaciones, Toledo es uno de los más respetados activistas y luchadores sociales que a través del Patronato Pro Defensa del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca abandera las causas justas en favor del medio ambiente, de la cultura, de los derechos humanos; su voz y su presencia se dejan sentir públicamente cuando los excesos, la injusticia y la profanación global pasan por encima del bien común de su gente.El arte y la cultura son medios alternos de la economía nacional e internacional, generan riqueza, abre nuevos horizontes, fortalecen y defienden la identidad, nuestra propia historia confirma que mejoran la calidad de vida de un pueblo y una nación, pero ante todo dignifican el capital del ser humano. Las bellas artes son sin duda la única y la más sublime de todas las formas de expresión universal.

martes, 29 de septiembre de 2009

VISION DE LOS VENCIDOS.


¿CUALES SON LAS DOS CULTURAS MESOAMERICANAS QUE OFRECEN ÉL MÁS AMPLIO TESTIMONIO SOBRE LA CONQUISTA Y CUALES SON ESOS TESTIMONIOS?
Las culturas Maya y Náhuatl son las que ofrecen él más amplio testimonio indígena de la conquista.
Este testimonio vamos a aducir de este aprecio indígena por conservar su historia, tomando de quien, sin pretender la alabanza de los indios, en el siglo XVI . Pues bien náhuas y mayas que tanto empeño ponía y “tanta curiosidad tenían” en “conservar la memoria de sus antiguallas” no dejaron perecer el recuerdo del más impresionante y trágico de los acontecimientos: La conquista hecha por hombres extraños, que acabarían por destruir para siempre sus antiguas formas de vida. Los cantares acerca de la conquista a encontrado una expresión natural en varios cantares, compuestos a la usanza antigua por poetas náhuas sobrevivientes mientras tanto la relación de Tlatelolco (1528) existen relaciones escritas verdaderamente importantes tan valioso testimonio pone al descubierto un hecho que antes de la fundación misma llegaron a conocer perfectamente el alfabeto latino. pero el testimonio de sahagun y el pictografico dicen que aprovechando los informes de algunos ancianos testigos de la conquista y como en otras varias recopilaciones llevadas a cabo por los hombres de lengua nahuatl de manera que su antigua forma describir lo representaban por pinturas claro que otras relaciones indígenas más breves de las cuales transcribían varios textos en 1576 estos se encuentran varias versiones indígenas
· PRESAGIOS FUNESTOS.
Primer presagio funesto: Diez años antes de venir los Españoles se mostró funesto presagio en el cielo se mostraba como si estuviera goteando al centro del cielo se veía de este modo la medianoche entonces el tiempo esta apareciendo por un año. Comenzó en el año 12-casa pues había alboroto, habían interminables comentarios.
Segundo presagio funesto: Sucedió en México por su propia cuenta se prendió fuego por su espontánea acción ardió la casa de Huitzilopochtli se llamaba su sitio denominado “Tlacateccan” (casa de mando) pero cuando intentaban apagarla, solo se enardecía flameando mas no pudo apagarse todo ardió.
Tercer presagio funesto: Fue herido por un rayo un templo en donde se llamaba “Tzummulco” el templo de Xiuhtecuhtli no llovia recio solo lloviznaba levemente así tuvo por presagio de este modo “No más fue el golpe del sol” tampoco se oyó el trueno
Cuarto presagio funesto: Cuando había aún sol, cayo un fuego en tres partes dividido, iba cayendo en lluvia de chispas y cuando visto fue, hubo gran alboroto: como si estuvieran tocando cascabeles.
Quinto presagio funesto: Hirvió el agua como si hirviera en furia, su impulso muy lejos, levanto muy alto llego a las casas se anegaron de agua y fue la laguna que esta junto a nosotros.
Sexto presagio funesto: Muchas veces los trabajan en el agua consiguieron cierto pájaro ceniciento como si fuera grulla lo llevaron a mostrar a motecuhzoma en la casa de lo negro (casa de estudio mágico. Había llegado el sol a su apogeo como espejo en la cabeza del pájaro era como si estuviera perforado en su medianía se veía en el cielo y Motecuhzoma lo tuvo muy mal presagio, cuando vio las estrellas y el Mastelero cuando vio por segunda vez la cabeza del pájaro vio como si alguna persona viniera deprisa sé hacia la guerra unos a otros y los traían a cuestas como venados.
Octavo presagio funesto: Se mostraban a la gente hombres deformes, personas moustrosas de dos cabezas pero un solo cuerpo. Las llevaban a la casa de lo negro; se las mostraban a Motecuhzoma, cuando las había visto desaparecían.

· EXPLICACIÓN DE LAS PRIMERAS NOTICIAS DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES? ¿POR DONDE LLEGARON Y CUAL FUE SU RUTA?
La primera noticia fue cuando apareció un pobre macehual (hombre del pueblo), venido de las costas del golfo con las primeras noticias de la llegada de unas como “torres o cerros pequeños que venían flotando por encima del mar” en ellos venían gentes extrañas “de carnes muy blancas, mas que nuestras carnes, todos los más tienen barba larga y el cabello hasta la oreja les da... ”
· EXPLICA CUAL FUE LA ACTITUD PSICOLÓGICA DE MOCTEZUMA (MOTHECUZOMA)
Motecuhzoma agobiado por las dudas y las vacilaciones. Al fin vemos al gran tlahtoani (ó rey) resignado, dominando su corazón para ver y admirar lo que habrá de suceder.
· CUALES FUERON LOS PRIMEROS COMBATES ESPAÑOLES EN TIERRAS AMERICANAS Y CONTRA QUIEN
El primer combate tenido por los españoles fue con un grupo de Otomíes procedentes de Tecoac.
¿Contra quien? Contra Cholula y los Mexicas
· QUIENES RECIBEN FABORABLEMENTE A LOS ESPAÑOLES Y COMO SE DA ESTE RECIBIMIENTO
Dejando atrás los volcanes, vinieron salir los españoles por el rumbo de Tlalmanalco, después de haber bajado de la sierra, salió al encuentro de Cortés el príncipe Ixtlilxóchitl, hermano de Cacamatzin señor de Texcoco, con acompañamiento de gente y en son de paz. Y añade que fue precisamente entonces cuando Cortés visito la ciudad de Texcoco.
· CUANDO LLEGAN LOS ESPAÑOLES A MÉXICO (FECHA EXACTA) Y CUAL ES LA REACCION DE CORTES FRENTE A MOCTEZUMA
La fecha precisa en que esto tuvo lugar el 8 de noviembre de 1519.
Le dijo en lengua extraña; le dijo en lengua salvaje; Nosotros mucho lo amamos . Bien satisfecho esta hoy nuestro corazón , le vemos la cara , lo oimos. Hace ya mucho tiempo que deseábamos verlo
Y dijo esto mas:
Ya vimos, ya llegamos a su casa de México, de este modo pues ya podra oir nuestras palabras, con toda calma. Luego lo cogieron de la mano, con lo que lo fueron acompañando .Le dan palmadas al dorso , con que le manifiestan su cariño.
La reaccion de Cortes frente a Moctezuma fue de cariño
· LA MATANZA DEL TEMPLO MAYOR
La matanza preparada por don Pedro de Alvarado, durante la fiesta de Tóxcatl, celebrada por los nahuas en honor de Huitzilopochtli. Hernán Cortés se había ausentado de la ciudad para ir a combatir a Pánfilo de Narváez, que había venido a aprehender al conquistador por orden de Diego Velásquez, gobernador de Cuba. Alvarado “el Sol”, como lo llamaban los Mexicas, alevosamente llevó al cabo la matanza cuando la fiesta alcanzaba su mayor esplendor.
· LA NOCHE TRISTE
Cortés hizo disparar los cañones, al entrar a las casas reales de Motecuhzoma. Esta fue la señal que dio principio a la guerra, durante cuatro días se lucho con denuedo. Fue por entonces cuando los españoles arrojaron a la orilla del agua los cadáveres de Motecuhzoma y de Itzcuauhtzin punto fijo no se supo como murió Motecuhzoma “Dicen que unos de los indios le tiro una pedrada de lo cual murió; aunque dicen los vasallos que los mismos españoles lo mataron y por las partes bajas le metieron la espada.”
Pasados siete días los españoles se aprestaron para abandonar por la noche a México-Tenochtitlan entonces tuvo lugar el desquite de los guerreros mexicas, que se conoce como la “Noche Triste”. Los nahuas nos pintan que tuvo lugar el asedio a los españoles que huian por la calzada de Tacuba quienes lograron escapar, fueron a refugiarse por el rumbo de Teocalhueyacan, en donde fueron recibidos en son de paz.
· COMO SE DEFIENDEN LOS TENOCHCAS, CUANTO DURA EL ASEDIO
El que había sido herido, aún pudo agarrar la lanza, luego vinieron sus amigos a quitar la lanza al soldado español lo hicieron caer de espalda , lo echaron sobre su dorso y cuando hubo caído en tierra al momento le dieron de golpes , le cortaron la cabeza y allí quedó. Los guerreros mexicanos se recataron detrás de las columnas . Hecho esto se pusieron a inspeccionar las calles iban recorriendo por ellas, gritaban y decían: ¡guerreros, venid a seguir la cosa¡. Lo cogieron luego los guerreros mexicanos, los arrastraron furiosos, lo echaron en el agua .Los enemigos eran flechados todos , también todos los mexicanos de un lado y de otro hubo gran pena de este modo todo el día y toda la noche duro la batalla.
· RENDICIÓN DE MÉXICO-TENOCHTITLAN
Los informantes mencionan que pareció anunciarse la ruina inminente de los mexicas . Fue Cuauhtémoc quien por su propia voluntad se entregó a los españoles. La tragedia que acompaño a la toma de la ciudad las palabras que dijo Cuauhtémoc a Cortés, cuando echo ya prisionero, tomando la daga que traía el conquistador, le rogó pusiera fin a su vida como había puesto ya fin a su imperio. Afirma que durante el sitio de México-Tenochtitlan murió “casi toda la nobleza mexicana, pues que apenas quedaron algunos señores y caballeros y, los mas, niños y de poca edad”. Cortés sometió a tormento a los señores mexicas para obtener el oro y los demás tesoros que poseían ellos desde tiempos antiguos.
· QUE TRANSMITEN LOS CANTOS TRISTES SOBRE LA CONQUISTAEn el se recuerda con tristeza la forma como se perdió para siempre el pueblo mexica

Encuentro de Hernán Cortés y Moctezuma.





El primer encuentro de Hernán Cortés con el emperador Moctezuma, se dio el 8 de noviembre de 1519 y se dice que se efectuó en la confluencia de las calles de República del Salvador con la Avenida Pino Suárez, de acuerdo con la traza actual del Centro Histórico de la Ciudad de México.
En dicha esquina se encuentra actualmente el Templo de Jesús Nazareno que inició su construcción en el año de 1587 y fue terminado en 1622. En este sitio, el 25 de noviembre de 1946, en el interior de una urna, se encontraron los restos mortales del conquistador Hernán Cortés.. Una vez que el descubrimiento fue atestiguado por un grupo de historiadores, arqueólogos y periodistas, los restos fueron devueltos a su sitio original el 9 de julio de 1947. El Instituto de Antropología e Historia instaló una placa conmemorativa en dicho sitio:
En su exterior, y en la esquina arriba mencionada se encuentra una placa de cantera que indica el sitio del encuentro de Moctezuma II con Hernán Cortés.
Por el contrario, de Moctezuma Xocoyotzin emperador mexica, muerto en 1520, no existe ningún rastro de sus restos mortales, pero su famoso tesoro fue buscado intensamente por muchos, aparentemente sin ningún éxito. Cuando era un niño mi padre me platicaba, que incluso el gobierno mexicano habría dejado secar intencionalmente el Lago de Texcoco, con la esperanza de encontrar el codiciado tesoro.

Los párrafos que siguen corresponden con la narración que en su momento hicieron los propios conquistadores españoles: Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo y Fray Francisco de Aguilar.
Estos son algunos párrafos de la Segunda Carta de Relación de Hernán Cortés al Emperador de España Carlos V, enviada con fecha del 30 de octubre de 1520.
«...Pasada esta puente, nos salió a recibir aquel señor Mutezuma con hasta doscientos señores, todos descalzos y vestidos de otra librea o manera de ropa asimismo bien rica a su uso, y más que la de los otros, y venían en dos procesiones muy arrimados a las paredes de a calle, que es muy ancha y muy hermosa y derecha, que de un cabo se parece el otro y tiene dos tercios de legua, y de la una parte y de la otra muy buenas y grandes casas, así de aposentamientos como de mezquitas, y el dicho Mutezuma venía por medio de la calle con dos señores, el uno a la mano derecha y el otro a la izquierda, de los cuales el uno era quel
3 señor grande que dije que había salido a hablar en las andas y el otro era su hermano del dicho Mutezuma, señor de aquella ciudad de Iztapalapa de donde yo aquel día había partido, [...].
Y allí me tomó de la mano y me llevó a una gran sala que estaba frontera del patio por donde entramos, y allí me hizo sentar en un estrado muy rico que para él lo tenía mandado hacer, y me dijo que le esperase allí, y él se fué.
Y dende
4 a poco rato, ya que toda la gente de mi compañía estaba aposentada, volvió con muchas y diversas joyas de oro y plata, y plumajes, y con hasta cinco o seis mil piezas de ropa de algodón, muy ricas y de diversas maneras tejidas y labradas, y después de me las haber dado, se sentó en otro estrado que luego le hicieron allí junto con el otro donde yo estaba; y sentado, prepuso5 en esta manera: "Muchos días ha que por nuestras escripturas tenemos de nuestros antepasados noticia que yo ni todos los que en esta tierra habitamos no somos naturales de ella sino extranjeros, y venidos a ella de partes muy extrañas; y tenemos asimismo que a estas partes trajo nuestra generación un señor cuyos vasallos todos eran, el cual se volvió a su naturaleza, y después tornó a venir dende en mucho tiempo, y tanto, que ya estaban casados los que habían quedado con las mujeres naturales de la tierra y tenían mucha generación y hechos pueblos donde vivían, y queriéndolos llevar consigo, no quisieron ir ni menos recibirle por señor, y así se volvió; y siempre hemos tenido que los que de él descendiesen habían de venir a sojuzgar esta tierra y a nosotros como a sus vasallos; y según de la parte que vos decís que venís, que es a do sale el sol, y las cosas que decís de ese gran señor o rey que acá os envió, creemos y tenemos por cierto, él sea nuestro señor natural, en especial que nos decís que él ha muchos días que tenía noticia de nosotros; y por tanto, vos sed cierto que os obedeceremos y tendremos por señor en lugar de ese gran señor que vos decís, y que en ello no habrá que yo en mi señorío poseo, mandar a vuestra voluntad, porque será obedecido y hecho; y todo lo que nosotros tenemos es para lo que vos de ello quisiéredes disponer. Y pues estáis en vuestra naturaleza y en vuestra casa, holgad y descansad del trabajo del camino y guerras que habéis tenido, que muy bien sé todos los que se vos han ofrecido de Puntunchán acá, y bien sé que los de Cempoal y de Tascaltecal os han dicho muchos males de mí. No creáis más de lo que por vuestros ojos veredes5, en especial de aquellos que son mis enemigos, y algunos de ellos eran mis vasallos y hánseme rebelado con vuestra venida, y por se favorecer con vos lo dicen;

Porque para dar cuenta, muy poderoso señor, a vuestra real excelencia, de la grandeza, extrañas y maravillosas cosas de esta gran ciudad de Temixtitan, del señorío y servicio6 de este Mutezuma, señor de ella, y de los ritos y costumbres que esta gente tiene, y de la orden que en la gobernación, así de esta ciudad como de las otras que eran de este señor, hay, sería menester mucho tiempo y ser muchos relatores y muy expertos; no podré yo decir de cien partes una, de las que de ellas se podrían decir, mas como pudiere diré algunas cosas de las que vi, que aunque mal dichas, bien sé que serán de tanta admiración que no se podrán creer, porque los que acá con nuestros propios ojos las vemos, no las podemos con el entendimiento comprender. Pero puede vuestra majestad ser cierto que si alguna falta en mi relación hubiere, que será antes por corto que por largo, así en esto como en todo lo demás de que diere cuenta a vuestra alteza, porque me parecía justo a mi príncipe y señor, decir muy claramente la verdad sin interponer cosas que la disminuyan y acrecienten. [...]
Esta gran ciudad de Temixtitan está fundada en esta laguna salada, y desde la tierra firme hasta el cuerpo de la dicha ciudad, por cualquiera parte que quisieren entrar a ella, hay dos leguas. Tiene cuatro entradas, todas de calzada hecha a mano, tan ancha como dos lanzas jinetas. Es tan grande la ciudad como Sevilla y Córdoba. Son las calles de ella, digo las principales, muy anchas y muy derechas, y algunas de éstas y todas las demás son la mitad de tierra y por la otra mitad es agua, por la cual andan en sus canoas, y todas las calles de trecho a trecho están abiertas por do atraviesa el agua de las unas a las otras, y en todas estas aberturas, que algunas son muy anchas, hay sus puentes de muy anchas y muy grandes vigas, juntas y recias y bien labradas, y tales, que por muchas de ellas pueden pasar diez de a caballo juntos a la par. Y viendo que si los naturales de esta ciudad quisiesen hacer alguna traición, tenían para ello mucho aparejo, por ser la dicha ciudad edificada de la manera que digo, y quitadas las puentes de las entradas y salidas, nos podrían dejar morir de hambre sin que pudiésemos salir a la tierra. Luego que entré en la dicha ciudad di mucha prisa en hacer cuatro bergantines, y los hice en muy breve tiempo, tales que podían echar trescientos hombres en la tierra y llevar los caballos cada vez que quisiésemos. Tiene esta ciudad muchas plazas, donde hay continuo mercado y trato de comprar y vender. Tiene otra plaza tan grande como dos veces la ciudad de Salamanca, toda cercada de portales alrededor, donde hay cotidianamente arriba de sesenta mil ánimas comprando y vendiendo; donde hay todos los géneros de mercadurías que en todas las tierras se hallan, así de mantenimientos como de vituallas, joyas de oro y plata, de plomo, de latón, de cobre, de estaño, de piedras, de huesos, de conchas, de caracoles y de plumas. Véndese cal, piedra labrada y por labrar, adobes, ladrillos, madera labrada y por labrar de diversas maneras. Hay calle de caza donde venden todos los linajes de aves que hay en la tierra, así como gallinas, perdices, codornices, lavancos7, dorales, zarcetas8, tórtolas, palomas, pajaritos en cañuela, papagayos, búharos, águilas, halcones, gavilanes y cernícalos; y de algunas de estas aves de rapiña, venden los cueros con su pluma y cabezas y pico y uñas. [...]
La gente de esta ciudad es de más manera y primor en su vestir y servicio6 que no la otra de estas otras provincias y ciudades, porque como allí estaba siempre este señor Mutezuma, y todos los señores sus vasallos ocurrían siempre a la ciudad, había en ellas más manera y policía en todas las cosas. Y por no ser más prolijo en la relación de las cosas de esta gran ciudad, aunque no acabaría tan aína, no quiero decir más sino que en su servicio y trato10 de la gente de ella hay la manera casi de vivir que en España, y con tanto concierto y orden como allá, y que considerando esta gente ser bárbara y tan apartada del conocimiento de Dios y de la comunicación de otras naciones de razón, es cosa admirable ver la que tienen en todas las cosas. ...»

El cronista Bernal Díaz del Castillo, un testigo ocular del encuentro, recordaba así la escena en su "Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España" (1632):
«...Ya que llegábamos cerca de México .... se apeó el gran Montezuma de las andas, y traíanle del brazo aquellos grandes caciques, de bajo de un palio muy riquísimo a maravilla, y la color de plumas verdes con grandes labores de oro, con mucha argentería y perlas y piedras chalchihuites (jade) que colgaban de unas como bordaduras ... otros muchos señores venían delante del gran Montezuma, barriendo el suelo por donde había de pasar, y le ponían mantas para que no pisase la tierra ...»
Fray Francisco de Aguilar en su Relación Breve de la Conquista de la Nueva España, describe el encuentro de la siguiente manera:
«... Andando más adelante, ya que llegaba el dicho Cortés obra de un tiro de piedra de él , se apeó el solo del caballo en que iba, y el dicho Motecsuma salió de la litera y echó al cuello del capitán unos collares de oro y piedras, y dicho Cortés le echó al cuello un collar de margaritas (perlas); y con toda crianza le habló que fuese muy bien venido, que a su casa venía; y el capitán le dio las gracias por tan buen recibimiento y así poco a poco entramos en un gran patio de muy gran circuito...»


viernes, 28 de agosto de 2009

Caída de la Gran Tenochtitlan.


Cuando Hernán Cortés fue derrotado durante la batalla de la noche triste, huyó y se refugió en Tlaxcala, con el propósito de buscar nuevos aliados y formar un gran ejército para regresar y atacar nuevamente a la gran ciudad.
Cuitláhuac, había sido elegido por los mexicas para ocupar el lugar de Moctezuma. El quería reconstruir lo que los españoles habían destruido, pero fue atacado por la viruela y también murió junto con muchos de los mexicas.
Esto debilitó mucho más al pueblo y favoreció a Hernán Cortés, que había logrado conformar un gran ejército con la alianza de los tlaxcaltecas, totocanas, cholultecas y huejotzincas.
Para garantizar el triunfo, los españoles y sus aliados combatieron y terminaron primero con pequeños pueblos y señoríos que vivían alrededor del Lago de Tetzcoco. Así, en mayo de 1521 rodearon y sitiaron la ciudad, impidiendo la entrada de agua y alimento para los habitantes de la Gran Tenochtitlan.
Después de muerto Cuitláhuac, Cuauhtémoc, un joven militar que estaba dispuesto a combatir a los españoles hasta el fin, a pesar de todos los problemas existentes, fue elegido emperador.
Cuauhtémoc se enfrentó con una situación terrible, el pueblo estaba muy debilitado, los alimentos y el agua escaseaban, había muchas enfermedades y los guerreros estaban muy cansados, por lo que algunos nobles y guerreros le pidieron que se rindiera, pero no aceptó y como esta sugerencia le molestó mucho, mandó matar a los que se lo propusieron, lo que originó además la división de los mexicas.
Así, a fines de mayo de 1521, los españoles ya dominaban alrededor del Lago de Tetzcoco y se preparaban para entrar a la ciudad de Tenochtitlán por las calzadas de Iztapalapa, Tacuba y Tepeyac.
Cuauhtémoc fortaleció la plaza, reunió víveres y destruyó los puentes de los canales, sin embargo el avance de los españoles solamente se pudo controlar durante 75 días, porque el 13 de agosto de 1521, los mexicas quedaron sitiados en el islote de Tlatelolco: Los españoles se apoderaron de las tres calzadas, atacaron por tierra y por los canales, destruyeron el Templo Mayor, mataron a los sacerdotes, destruyeron los edificios de la ciudad y cortaron el agua.
Cuauhtémoc, mandó que todos los mexicas se refugiaran en Tlatelolco, pero debilitado y sin posibilidades de continuar la defensa, fue detenido por los españoles y llevado ante Cortés, al que le pidió que "tomara su cuchillo y lo matara".
Cortés decidió mantenerlo prisionero porque pensaba que él sabía donde se encontraba el "tesoro de Moctezuma" y que tenían el oro que su ejército había perdido durante la noche triste, pero al no obtener respuesta, mandó que le quemaran los pies y después lo ahorcaran, junto con el Señor de Tacuba. Así murió el último emperador azteca.
Mientras Hernán Cortés tomaba y destruía la ciudad la Tenochtitlan, Pedro de Alvarado y sus hombres atacaron la plaza del mercado de Tlatelolco y aunque los mexicas les tendieron una emboscada y tomaron prisioneros a 50 de ellos a quienes sacrificaron de inmediato, ésta fue la última victoria de los mexicas, que resistieron hasta el 13 de agosto de 1521, fecha en que se rindieron.
Con la caída de Tenochtitlán y la alianza de varios señoríos indígenas, los españoles se apoderaron fácilmente del centro y ahí, en donde antes estuvo la cultura más importante de Mesoamérica y la hermosa ciudad de Tenochtitlán, los españoles empezaron a edificar la capital de la Nueva España.

Moctezuma.


Moctezuma Xocoyotzin, hijo de Axayácatl e Izelcoatzin, hija de Nezahualcóyotl, fue el gobernante de la ciudad mexica de Tenochtitlan cuyos dominios se extendieron a las ciudades de Texcoco y Tlatelolco desde 1502 hasta 1520, al arribo de los españoles. Fue elegido tras la muerte de Ahuízotl, quien falleció durante la inundación de 1502. Tenía preparación militar ya que fue tlacochcálcatl (jefe militar) durante campañas militares de Ahuizotl. Ya electo, mantuvo una política enérgica incluso hacia lo interno e implementó mecanismos para centrar el poder en su persona. Al momento de recibir el poder, los altépetl (señoríos) sometidos numéricamente eran muchos y tributaban altas cargas económicas, pero se encontraban dispersos en zonas geográficas que contenían regiones enemigas como Tlaxcala, algunos señoríos de Xoconochco y los purépechas (tarascos), por lo que enfocó su aparato militar al sometimiento de dichos altepetl poderosos, lo cual no consiguió en definitiva.

Descripción física.
Una cantidad suficiente de fuentes del siglo XVI permiten esbozar una descripción física de Motezuma. Los detalles del carácter de Motecuhzoma Xocoyotzin son contradictorios ya que al parecer, él no deseaba ser elegido
tlatoani.
"Era, pues, Motezuma hombre de mediana disposición, acompañada con cierta gravedad y majestad real, que parescía bien quién era aun a los que no le conoscían. Era delgado de pocas carnes, la color baza, como de loro, de la manera que todos los de su nación; traía el cabello largo, muy negro y reluciente, casi hasta los hombros; tenía la barba muy rara, con pocos pelos negros y casi tan largos como un xeme; los ojos negros, el mirar grave, que mirándole convidaba a amarle y reverenciarle. Era hombre de buenas fuerzas, suelto y ligero; tiraba bien el arco, nadaba y hacía bien todos los exercicios de guerra; era bien acosdiscionado, aunque muy justiciero, y esto hacía por ser amado y temido, ca así de lo que sus pasados le habían dicho, como de la experiencia que él tenía, sabía que eran de tal condisción sus vasallos que no podían ser bien gobernados y mantenidos en justicia sino con rigor y gravedad".


un hombre de hasta cuarenta años, buena estatura, proporcionado, cenceño, pocas canes, de un color no muy moreno sino con un color y matiz de indio, con el cabello no muy largo, solo le cubría las orejas, barba negra y rala, rostro alegre, ojos expresivos que denotaban amor o menester de gravedad, pulido y limpio se bañaba cada tarde, nunca utilizaba su ropa más de un día; tenía muchas mujeres por amigas y dos cacicas por legítimas mujeres, pero era limpio de sodomías. Contaba con doscientos principales en otras salas junto a la suya para atenderlo, quienes tenían que ir descalzos al visitarlo y dirigise con las palabras: "Señor, mi señor, mi gran señor" sin darle la espalda y con la vista abajo.


Primer contacto con los españoles.
En la primavera de
1519, al recibir la noticia de la llegada de extraños a la costa este del actual México, Moctezuma Xocoyotzin envió embajadores presididos por cinco nobles mexicas para investigar los relatos. Siguiendo sus detalladas instrucciones, los emisarios llevaban tres conjuntos de atavíos: uno asociado a Tezcatlipoca, otro de Tláloc, y otro de Quetzalcóatl. Cada dios nahua tenía elementos de atavío específicos, y Moctezuma creía que Cortés podía estar relacionado con Quetzalcóatl, y pensaba que si el español permitía que lo adornasen con sus atributos quedaría probado que tal relación era cierta, puesto que nadie osaría dejarse ornar de tal forma sin estar autorizado para ello por la deidad. Acaso por pura casualidad, Cortés se mostró complacido cuando lo vistieron con el traje de Quetzalcóatl. Esto aterrorizó a Moctezuma Xocoyotzin, que envió ricos presentes para evitar que se acercaran los españoles. Pero los regalos sólo excitaron la codicia de los invasores. Otros intercambios con los españoles dieron lugar a nuevas casualidades de interpretación religiosa que alimentaron el pánico místico del tlatoani: un casco militar oxidado enviado por Cortés con el encargo de que lo llenaran de oro resultó ser idéntico a una prenda de Huitzilopochtli. Tras la alianza con los tlaxcaltecas y la matanza de Cholula, Motecuhzoma envió a un embajador llamado Cihualpopoca (o Tzihualpopoca), que se hizo pasar por el propio Motecuhzoma, suplantación descubierta por intuición de Cortés e información de sus recién adquiridos aliados tlaxcaltecas.

Monumento del Encuentro en Ciudad de México.
El
8 de noviembre de 1519, se encontró con Cortés, convencido de que era el dios y sacerdote Quetzalcóatl.
La actitud de Moctezuma Xocoyotzin ha sido objeto de numerosas especulaciones. Sólo alguien que mostrara arrojo en combate, podía llegar a ser
Tlatoani y, sin embargo, los actos de Motecuhzoma Xocoyotzin muestran un gran miedo.
Moctezuma Xocoyotzin cedió ante todas las solicitudes de
Cortés ya que no pudo reunir un ejército lo bastante grande como para poder vencer a Cortés. Sus 400 hombres con 40 caballos, y más de 3000 aliados Tlaxcaltecas fueron alojados en el suntuoso palacio de Axayácatl. Las imágenes de los dioses mexicas fueron derribadas y sustituidas por imágenes cristianas, se limpió la sangre de los sacrificados y se suprimió el sacrificio humano. A los españoles se les dieron gran cantidad de presentes y se supone que, entre otros, se les entregó el ahora conocido como penacho de Moctezuma. Moctezuma aceptó ser bautizado y declarado súbdito de España, donde todavía viven sus descendientes, los condes de Miravalle.

Simbologia del encuentro.

El encuentro de dos mundos dio lugar a una unidad política, lingüística, social y cultural que caracteriza a los países que formaron la América Hispana y que se inició con el mestizaje entre españoles e indígenas y se amalgamó con las comunidades africanas para dar lugar al pueblo latinoamericano, desde México hasta la Patagonia.






La malinche: su labor fue fundamental en el proceso de conquista de México.













HERNAN CORTES


El conquistador de México nació en Medellín, Extremadura. En el año de 1485. En 1504, sediento de aventuras y oro, llego a la isla de Santo Domingo que gobernaba a la sazón el Comendador Ovando. No encontrado allí lo que anhelaba embarco para Cuba en 1511 e hizo amistad con el Adelantado Diego de Velásquez, gobernador de la Perla Antillana. Cuando el Adelantado de Cuba decidió armar a sus costas una flota para ir a la conquista de las tierras descubiertas por Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva escogió para el cargo de jefe de la expedición a Cortés. No tardo en arrepentirse de la elección pero, por desgracia para el, ya Cortés, adueñándose del mando de la flota, abandonaba las costas de Cuba, haciendo caso omiso del patrocinador de su viaje, y enfilaba el rumbo de sus naves hacia México, es decir, hacia la fortuna ya la gloria.
Uno de los magníficos palacios construidos por Cortés para su residencia en México. Se encuentra situado en Cuernavaca, capital del estado de Morelos, y constituye un verdadero museo artístico e histórico que continuamente visitan los turistas de todas las procedencias.