viernes, 28 de agosto de 2009

La desnudez: símbolo de inferioridad


Se puede ver que en los indígenas destaca el hecho de que no llevaban consigo vestimenta alguna: “luego vinieron gente desnuda…”. No es difícil entender el asombro de Colón ante este hecho si pensamos en las costumbres y los valores de la cultura europea del siglo XV. Lo anterior tiene que ver con una serie de valores morales que son parte de la tradición judeo-cristiana de la que indudablemente son herederas las culturas de Occidente. Sin embargo, lo que hay que destacar es que para Colón el hecho de que los indígenas estuvieran desnudos “como su madre los parió”, según escribió, constituía una diferencia entre españoles e indios que daba cuenta de la falta de civilización de estos últimos y en consecuencia de su inferioridad.
Así, la imagen que Colón se va formando de los indígenas parte fundamentalmente de aquello que no tienen. La ausencia es parte fundamental de sus descripciones: “Me pareció que era gente muy pobre de todo […] Me pareció que ninguna secta tenían […] Esta gente muy mansa y muy temerosa, desnuda como dicho tengo, sin armas y sin ley”.


Bajo la visión cristiana de Colón, el hecho de que los indígenas no tuvieran vestimenta significaba que, dentro de la jerarquía cristiana, los indios estaban más cerca de la naturaleza que de la civilización. De ahí que los retratos que Colón hace sobre los nativos americanos en muchas ocasiones se asemejen a sus descripciones de la naturaleza: Colón decide contemplarlo todo, y la belleza física en primer lugar. A menudo sus observaciones se limitan llanamente al aspecto físico de la gente, su estatura, el color de su piel, la hermosura de sus cuerpos, y en algunas ocasiones, incluso traza similitudes entre animales y algún aspecto físico de los indígenas:
“Luego que amaneció, vinieron a la playa muchos de estos hombres, todos mancebos, como dicho tengo, y todos de buena estatura, gente muy hermosa; los cabellos no crespos, y gruesos como sedas de caballo, y todos de la frente a la cabeza muy ancha, más que otra generaciones y los ojos muy hermosos y no pequeños; y ellos ninguno prieto, salvo de la color de los canarios […] Las piernas muy derechas, todas a una mano, y no barriga, salvo muy bien hecha.


Por otra parte, la desnudez constituía, junto con otras características, un rasgo en el que Colón se basaba para argumentar que todos los indígenas hallados se parecían entre sí: “La gente toda era una con los otros ya dichos, de las mismas condiciones, y así desnudos y de la misma estatura…”
Al combinar las ideas y categorías conceptuales que Colón y los exploradores del Viejo Mundo traían consigo desde Europa con lo que observaron en las islas del Caribe, Colón construyó desde su primer viaje dos visiones sobre los indígenas: por un lado, 'los buenos salvajes', hermosos, inocentes e indefensos que eran objetos fáciles de dominación; por el otro, 'los malos salvajes', agresivos, feos y caníbales que debían ser sometidos por la fuerza y salvados de la perdición de sus propias costumbres.
De esta forma, el encuentro de dos culturas y el significado que adquirió la desnudez de los indígenas en el imaginario español, dan cuenta de la imposición de un mundo sobre otro. Los españoles llegaron al nuevo continente e impusieron sus categorías sobre la realidad que iban descubriendo. Ellos inventaron América porque crearon un mundo ficticio aplicando de manera inmediata sus paradigmas a las realidades radicalmente nuevas que encontraron. Desde que Colón llegó a América y hasta el día de su muerte pensó que lo que había descubierto era la otra vía para llegar al continente asiático, nunca cuestionó sus conocimientos ni puso en duda su fe en la palabra revelada.

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